sábado, 25 de octubre de 2008

La Fuerza de la Razón contra el Relativismo

Ese es el título de un apasionante artículo que escribió S.S. Benedicto XVI cuando aún era Cardenal y me cuelgo de él para contarles de un triunfo que obtuvo nuestra Juventud durante ésta semana en la lucha de proteger la vida contra viento y marea.

Nota previa. Nuestra postura frente a la vida no tiene un opositor determinado, sino que es todo aquel que por acción u omisión irrespete los principios del Orden Natural, así que la actividad que desplegamos no tiene nombre ni apellido.

Sin embargo, en una entrevista que el diario El Observador hiciera a doña Virginia Reginato, trascendió que el municipio de Viña del Mar había mantenido una política pro píldora del día después y que se perseveraría en dicha actitud.

Inmediata fue nuestra reacción, consecuente a nuestros principios - aún cuando nos encontrábamos en pacto con la Alianza - ya que uno, frente a los valores más trascendentales, no puede ser irreductible sólo frente a aquellos que naturalmente parecieren contrarios, sino especialmente frente a los que aparecen más cercanos, pero ¿por qué?.

Nuestro Presidente tiene un frase que les comento, dice más o menos que "cuando un amigo o alguien cercano, de corazón nos hace una crítica constructiva, ello es como una hermosa gema", y no puede ser más que cierto, ya que una crítica constructiva es siempre "propositiva" en el sentido de que no busca controversia sino entendimiento y crecimiento.

Frente a la vida, no se puede ser menos que irreductible a la hora de defenderla y así actuamos, pero también desde aquella perspectiva propositiva que buscó siempre la meditación y corrección.

Sin embargo tuvimos que ir un poco más allá y mover a las fuerzas vivas de nuestros ideales y formar una serie de redes de opinión, donde siempre se destaco la buena intención y moderación en el lenguaje, ya que no se puede defender los trascendental de otro modo: "el fin no justifica el medio".

Así las cosas hubo que organizar una manifestación pacífica para que doña Virginia aclarara su postura y nos dejara satisfechos de que su compromiso no era con el sensacionalismo, sino con los valores de verdad. Y sorprendente fue la recepción de nuestra campaña al obtener el apoyo de otras organizaciones preocupadas de la vida y de mucha gente que estuvo dispuesta a salir a la calle a defender la vida.

Por lo anterior se nos invitó a una reunión, al mismo día de nuestra manifestación, pero un par de horas antes con la ex alcaldesa quien nos panteó, cara a cara su postura frente a la vida, diciéndonos que ella estaba a favor de nuestra causa y que aquella frase había sido sacada de contexto por parte de El Observador. Sin embargo, reconoció que se mantenía por parte de la Municipalidad un stock de la píldora y que efectivamente se entregaba en los Sapu dependientes de la Corporación Municipal debido a la orden del Gobierno.

A todos nosotros no nos sorprende la política inmoral y abortista del Gobierno ya que carece de aquella conciencia trascendente que ilumina el corazón de los creyentes, pero por lo mismo, el idealismo nos impide acatar ordenes cuando sean tan inmorales. Por otro lado existe un fallo de nuestro Tribunal Constitucional que declaró que aquel fármaco está en contra de los principios de protección de la vida del aún no nacido.

En resumen, le decimos a la candidato - y seguramente futura alcaldesa - que valoramos el documento, firmado por ella misma y entregado de su propia mano, en que manifiesta una postura pro vida, pero le decimos que no nos basta ni nos satisface el fundamento que da para mantener el stock y que por mucho que la podamos apoyar en otras lides, frente a la vida seremos irreductibles.


Tomás A. Díaz Hormazábal
Presidente Juventud Muna

1 comentarios:

Hernán Vásquez Villanueva dijo...

Una gran gracia que la Coty haya sido reelecta con casi un 80% de los votos.

Me alegro, y sinceramente, que no haya desilusionado a quienes creyeron en ella.

Lástima que lo haya hecho a costa de guaguas inocentes.

Una primera o segunda mayoría nacional no vale un nonato muerto.