Qué puedo comentar al respecto. Por una parte me parece justo que la ministro de Salud haya presentado su renuncia debido a su gestión totalmente deficiente, tal como ha sido probado en diferentes oportunidades. Sin embargo, soy de la idea de que lo peor del ministerio de Salud no se soluciona con la renuncia de la Ministro, sino que con la salida de todo el Gobierno, ya que sólo así habría cabida para plantear una política pública de salud de verdad y no la mera institucionalización del condón.
Pero qué puedo achacarle directamente a doña Soledad y en general a la postura antivalórica del Gobierno: "ser violadores de sus propios derechos humanos", ese catálogo artificioso y dogmático, que sin embargo descansa en el subconsciente colectivo como la gran verdad desde mediados del siglo pasado. - En lo personal soy un tenaz opositor a los ddhh, por considerarlos casi fraudulentos, sin embargo seguiré el juego por ésta vez.
Se discute frente al aborto en general que qué primaría más, si el "derecho" a la privacidad y opción familiar de la mujer, o la protección de la vida del no nacido (sobre el cual no existe por parte de la doctrina de ddhh un planteamiento concreto), se habla de una y otra cosa y no se dice nada.
Sin embargo, la píldora vincula a alguien más que sólo la madre y el hijo, vincula a empresarios y trabajadores y ya todos sabemos de las millonarias multas que cobró el Gobierno a los empresarios que no estuvieron de acuerdo con la píldora "VIOLANDO" sus ddhh de forma impune. Pero hay un sector olvidado, cercano al pueblo amado por la progresía, pero que a la hora de los quiubos no pasa nada: los trabajadores.
¿Qué hace el farmaceutico cuando le piden la píldora?, no puede negarse a vender por distintos motivos. Así que nuestro Gobierno nuevamente VIOLA los ddhh ya que un organismo del Estado condiciona la venta de un fármaco abortivo y soslaya la libertad de conciencia, la libertad de culto, la objeción de conciencia, la dignidad, etc.
Tomás Díaz Hormzábal
Presidente juventud Muna