Respaldamos los últimos comentarios del Cardenal Medina, en el sentido de que no profirió ninguna crítica al valor artístico de Madona, sino que dijo algo reconocido incluso por ella misma, y a lo que le saca partido día a día: su lujuria. Así las cosas, cuando el Cardenal manifiesta su opinión disconforme con el actuar de la cantante, no hace más que expresar su profundo punto de vista, ante un hecho irrefutable.
Cosa muy distinta es que uno pueda estar de acuerdo o no, frente a lo que nuevamente notamos algo muy triste, ya que cada vez que alguien sale a defender los valores trascendentales de nuestra Cultura Cristiano Occidental es majaderamente enjuiciado y censurado, y acaso la tolerancia ¿no es propia de la democracia?, o es un valor invocado por la progresía solamente cuando le conviene.
Como dijimos, respaldamos las palabras del Cardenal Medina, puesto que sin pretender en absoluto ser insolentes, no dice nada nuevo ya que ella misma se reconoce un símbolo erótico y saca partido de ello, así, nosotros tampoco decimos algo nuevo y tan sorprendente.
Aquí, no se trata de hacer una crítica artística, ya que no nos dedicamos a la opinología, sino hacer una crítica valórica, en el sentido de que es verdad que la actitud, que al menos sabemos muestra en el escenario, es perfectamente discutible.
Por otro lado, condenamos a todos los hipócritas que pensando similar al Cardenal guardan su opinión e incluso le critican, por ser lo políticamente correcto, ojala hubiera más gente que defienda los lineamientos de la Doctrina de la Iglesia, representante de los valores Cristiano Occidentales. Eso permitiría que mucha gente se sienta representada, sin embargo, mientras el periodismo y la prensa nacional esté completamente manipulada por la progresía antivalórica, se ve muy difícil.
Tomás Díaz H.
Pte. Nacional Juventud Muna
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