Partiendo de la premisa de que no todo intento globalizante es negativo, pasamos revista a uno sumamente nefasto: “la globalización política, caracterizada por la constitución de órganos supra nacionales, con competencia sobre los gobiernos, sea en el derecho o fácticamente”.
“Comité de la Onu afirma que una política interna Pro-Vida viola las convenciones contra la tortura; sobre todas las formas de discriminación contra la mujer; el pacto internacional sobre derechos económicos, sociales y culturales; y al pacto internacional sobre derechos políticos y civiles”
Nuestro país ya ha sido objeto de presiones por parte de la Onu por tener una Constitución que a todas luces defiende los valores trascendentes y permanentes de la Cultura Cristiano Occidental, modelo filosófico que es enemigo de toda forma de atentado contra la vida en gestación. Estas presiones vinieron, extrañamente, del comité contra la tortura.
Sin embargo, y pese a la claridad conceptual de nuestra Constitución pecamos en lo político de una doble incoherencia.
Primera incoherencia: La penalización del aborto no se encuadra como un delito significante en cuanto a su sanción, llegando in extremis a los cinco años.
Segunda incoherencia: La tenaz postura, inmoral y sádica, de quienes buscan legalizar el aborto. Es inmoral puesto que condena a la peor de las muertes al ser más indefenso y que daño alguno ha cometido. Sádica puesto que está comprobado que, a la postre, la mujer que aborte sufrirá en su intimidad un profundo daño psicológico.
Así, nefasto se nos insinúa la posición profundamente individualista y regresiva de la Onu y sus secuaces, posición que jamás será progresista, sino cuna de muerte.
En Latinoamérica nos caracterizamos por una profunda devoción Cristiana, lo que decanta en una visión Pro-Vida fundamental, así es que países como Nicaragua, Perú y Brazil son constantemente acechados por las garras de estos organismos. En la experiencia europea se sabe que la indefinición de persona hacia los concebidos y aun no nacidos ha llevado en innumerables oportunidades a la corte europea de ddhh a favorecer las pretensiones abortistas.
En suma, como nacionalistas, pero antes inspirados en Cristo y la maravilla de sus enseñanzas, debemos ver con ojo sumamente crítico la proliferación de estos acuerdos que esconden intereses totalmente contrarios a nuestra tradición.
Tomás Díaz Hormazábal
Presidente Juventud Muna, “juventud por la familia y la vida”
miércoles, 17 de junio de 2009
¿A qué nos enfrenta el Nacionalismo v/s la Globalización?
Publicado por Tomás A. Díaz H. en 22:06
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