viernes, 3 de abril de 2009

Debate sobre el aborto

Señor Director:

A propósito de la polémica sobre el aborto (terapéutico o general), me permito un par de dudas:

1.- ¿Es que sus propulsores habrán pensado en agradecer lo suficiente que en la época en que fueron concebidos no existían estas leyes? Pues supongo que no se creen “superiores” o con “más derechos” a los niños a los que aceptan sean abortados. Eso como primera reflexión, fundamentándome en el espíritu democrático y de no discriminación que reina en nuestra sociedad.

2.- ¿Habrán estudiado lo suficiente acerca del Síndrome Post Aborto (SPA)? Este afecta normalmente a toda mujer que se ha sometido a un aborto, no inmediatamente, en algunos casos tarda decenas de años; pero que deja huellas gravísimas. Lo afirmo no sólo por literatura leída, si no porque lo vi directamente, en el trabajo que hice orientando a embarazadas en dificultades, muchas de las cuales llegaban a nuestras oficinas con la plata en el bolsillo para someterse al aborto, pero luego de enterarse en qué consistía (física y sicológicamente) el 99% (sólo 2 no, en 10 años, con un número superior a 60 anuales), desistían, recibiendo la ayuda para salir adelante, por supuesto. En varias ocasiones ya se habían sometido a alguna maniobra abortiva y me hablaron de las pesadillas que sufrían (entre estos el síndrome del niño fantasma, en el que el hijo se les “aparece” y les pide cuentas) y en otra ocasión en una charla a un 1º medio (niñas y niños de 14 años) en un colegio de Quilpué, al hablar del SPA y el suicidio como una de las consecuencias, los alumnos del curso me dijeron que por favor no les explicara esa parte, pues una compañera de ellas se había sometido al aborto y a los 2 días su madre la encontró ahorcada en la ducha del baño.

No se trata aquí de historias sensacionalistas, por favor antes de hablar con tanta soltura del aborto, estudiemos qué pasa con ese ser concebido pero aún no nacido (y protegido por nuestra Constitución) y con la pobre madre, que víctima muchas veces de la soledad, abandono o mala fe de aborteros (esperemos que no de nuestros legisladores), cae en el aborto y debe cargar el resto de su vida con ese peso en su conciencia (sea o no religiosa).

Por último, no olvidemos los numerosos padres de familia que hacen listas y esperan decenas de años para poder adoptar un hijo... y ven con gran impotencia cómo en vez de promover la vida, se promueve el aborto.

María del Carmen Letelier
Coordinadora JMuna Viña del Mar

Profesora Básica.

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