Me pregunto ¿qué debería preocupar a un joven de 18 años?, yo lo fui hace un tiempo y respondo desde mi perspectiva personal: pues los estudios y pasarlo bien.
Para pasarlo bien, claro es simple, hacer lo que nos gusta y siguiendo con lo personal, fue hacer deporte, escuchar y tocar mis instrumentos, de vez en cuando salir con amigos y leer y escribir.
Para estudiar, aunque algo más complejo, debes entrar a lo que te interesa y te sientes capaz de cumplir.
Pero, cómo financiamos todo lo anterior, que está íntimamente relacionado. Y de ahí estas ideas.
Éste año se ha discutido con gran miopía el asunto de la educación gratis, sin embargo ello sólo es demagogia pura, ya que para que ello fuera posible se necesitarían, al menos:
1.- Igualdad de acceso: es decir, que seas del colegio que seas, tengas frente al proceso de selección universitaria, iguales oportunidades.
2.- Acceso al mercado laboral: la generalidad de los estudiantes no pueden costearse carreras largas porque deben apoyar a sus familias, de ahí que muchas veces el problema no sea pagar los estudios, ya que hay crédito y becas, sino que no hay posibilidad de pagar el mantenimiento del hogar.
La juventud y el mercado laboral.
La total rigidez del mercado laboral, las leyes que creen defender al trabajador, la perversidad de muchos sindicatos tiene como resultado que los estudios y el trabajo sean incompatibles. Se que siempre habrá jóvenes que puedan hacerlo, pero serán los menos.
En lo personal, cada vez que desarrollé una actividad lucrativa tenía relación con cosas que me divertían y de ahí que no fuera una preocupación más, sino un medio 100% colaborador de mis intereses. Para el resto de los jóvenes debería ser similar, es decir, que el trabajo no les signifique ni un obstaculo ni una preocupación mayor a los estudios.
Si no existe flexibilidad laboral que permita la apertura del mercado laboral a los jóvenes, será imposible que se logre el sueño de la educación para todos.
Aproximaciones al desarrollo.
Tomás Díaz H.
Presidente Juventud Muna
lunes, 6 de octubre de 2008
La juventud y el mercado laboral
Publicado por Tomás A. Díaz H. en 9:19
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