jueves, 16 de julio de 2009

Las cosas sin sentido de nuestro país.


No sólo debemos ver a la píldora como un tema espiritual y moral de nuestra sociedad, sino también, desde la esfera jurídico-política, como algo sumamente peligroso. Todos sabemos que esta es una charada orquestada por los partidarios del aborto. De ahí lo penoso de la votación a favor de quienes fueron tibios y populistas.


Nuestra sociedad está sólidamente basada en la conciencia del respeto a la vida, y mayoritariamente aborrecemos el aborto. Claro, seamos justos, muchos detractores del crimen del aborto lo son pues lo muestran como algo desagradable y bien cebollento, sin que muchas veces vayamos a lo profundo, al respeto íntimo que debemos sentir por aquel germen de vida, pero pleno en desarrollo y espíritu… de vida humana, por cierto. Ahora bien, una imagen vale más que mil palabras y es cierto, el aborto simple es degradante y espeluznante.

Así, fue que los genios tuvieron que buscar la forma de hacerlo a escondidas, sin que quede mucha huella y, de paso, hacerlo atractivo. Inventaron un fármaco que actuara luego de producida la concepción y que actuara sobre aquella ínfima – pero existente – forma de vida humana, la cual efectivamente no sentirá dolor y tal vez nunca lo sepa (primera premisa equivocada ¿o estamos también a favor de la eutanasia?)

Sin embargo, todo cae por su propio peso. Las grandes mentiras caen con estrépito y nos encargaremos, los jóvenes, de que así sea. La juventud Familia y Vida es la más poderosa, puesto que no nos convoca el interés en algo pasajero, nos mueve la profunda convicción de que luchamos por algo trascendente, por algo que perdurará para siempre.

Todos estos intentos de desnaturalizar nuestra sociedad cimentada en la cultura Cristiana tarde o temprano sucumbirán ya que el problema es de fondo, el que no dicen ni menos enseñan, es el atropello a la dignidad que no se compra con píldoras y la apertura al servilismo del hombre por el hombre o a la experimentación humana inmoral, en todas estas personitas que están por nacer.

Como se dijo por todos los jóvenes de distintas redes Pro Vida el día de ayer, “la libertad se cultiva en la virtud, eso es lo que nos hace verdaderamente humanos; la libertad se ejercitó al decidir, el resto – las consecuencias naturales – es un tema de responsabilidad, y ahí es donde la libertad cobra valor” Fuimos más de 300 jóvenes de todos los sectores y posiciones, los que abarrotamos tanto el congreso como sus inmediaciones, exigiendo respeto a la vida desde la concepción.

Tomás Díaz Hormazábal
Presidente Juventud Muna, juventud por la familia y la vida

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi me parece que todo esto tiene más sentido del que nos gustaría. El gobierno ha tratado sistemáticamente de introducir el aborto en nuestras conciencias, lo hicieron con el divorcio y lo consiguieron.
A mi parecer mucho de los diputados que votaron a favor de este proyecto no calcularon las reales dimensiones del problema que hay detrás. Creo que, con una inocencia negligente, no se percataron que el artículo 2 de la ley en cuestión es la puerta de entrada para el aborto legal y libre.
Esperemos que para aquel día seamos muchos más los que defendamos esta causa.

Macarena Matas P.

Tomás A. Díaz H. dijo...

Maca,

En principio tienes mucha razón ya que daría pié para que cada cual se sinta con el "derecho" de hacer lo que quiera. Muy probablemente eso es lo que buscan.

Sin embargo, tenemos que basar nuestros argumentos en que la propia normativa señala "regulación de la fertilidad" cuyo sentido natural y obvio, instaurado en el segunda acepción de la rae: "esta en condiciones de reproducirse", así, producida la concepción entendemos producida tambien la reproducción.

Lo lamentable es la constante relativización que estos cultores de la muerte hacen del derecho por lo que encuentro que tu preocupación esta acertadísima.

Saludos