miércoles, 15 de julio de 2009

Nuestras convicciones son simples y a la vez muy profundas. Simples porque nuestra lucha es por la vida y dignidad del ser humano, “desde su concepción hasta su muerte natural”. Así, es que se tornan sumamente profundas, puesto que dicha posición es la única que asegura verdadera protección a nuestra naturaleza humana.

El día de hoy, nos vemos enfrentados a la legalización de la píldora del día después, una forma encubierta de aborto, profundamente manipulada por el Gobierno y la tibia oposición. Por eso mismo nuestro llamado es a la ciudadanía a no quedarse con la información digamos oficial, sino que busque más respuestas, tal como lo hizo nuestra Corte Suprema, el Tribunal Constitucional, Contraloría y en los años 90´el mismo Ministerio de Salud, todos quienes rechazaron el uso de este fármaco por considerarlo intrínsecamente abortivo, sin que la ciencia pudiera, decididamente, desvirtuar tal aseveración.

Por tanto, rechazamos la forma prepotente e irresponsable con que se pretende imponer esta nueva forma de muerte del ser más indefenso, sabiendo que el proyecto de ley derechamente burla nuestra Constitución. El hecho de ser autoridad no les da derecho para imponer a la inmensa mayoría de nuestra gente – mediante el engaño – la práctica criminal del aborto.
Tampoco les permite pervertir a nuestra juventud y sociedad en general; ni tampoco el abuso de alejar a los padres de la educación y decisiones que se vinculen con sus propios hijos.

Nosotros, los jóvenes, tenemos fuerza y argumentos para pararnos aquí, en el Congreso Nacional, apoyar a los parlamentarios por la vida, para que no se dejen amedrentar por imposiciones partidistas y enfrentar con respeto y sólida convicción a todos los propulsores de la cultura de la muerte y de la inconstitucionalidad. Nuestro compromiso, baste decir, es mediante el amor, con la protección de la vida desde su concepción hasta la muerte natural.

Juventud Muna

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